Imagina esta situación -o más bien, revivila, porque seguro ya te pasó-: invertís tiempo, energía y dinero creando una campaña. Es brillante, innovadora, lleno de datos. La lanzas y… nada. Silencio.
Te olvidaste, no tuviste tiempo, no te pareció importante o no lo sabías, pero es que en la saturación informativa actual, donde el 80% de nuestras decisiones son emocionales y apenas una fracción de lo que decimos llega a la mente consciente de alguien, la intención de comunicar algo no es suficiente.
No basta con tener un buen mensaje; tenés que saber -y muy bien -a quién se lo estás diciendo. Y qué emociones detonar.
Si en el primer envío de este Newsletter te conté sobre cómo el H.I.L.O puede ayudarnos a construir mejor mensajes haciéndonos diversas preguntas sobre él, en este segundo nos centraremos en la primera letra que conforma el método: la H de Humano.
En mis 20 años de experiencia de acompañar a marcas, ONGs y gobierno en cómo mejorar su comunicación, escuché incontables veces la respuesta "no tenemos tiempo", "no sabría cómo hacerlo", a la pregunta: "¿Conoces qué quiere tu audiencia?".
No es una crítica, sino una realidad que describe que, en el rush de lo cotidiano, hacernos más preguntas de las que el propio sistema nos obliga puede resultarnos un paso al que no podemos darnos el lujo de acceder.
Pero he aquí la cuestión: conocer a nuestras audiencias no es un lujo, sino la base de todo lo demás.
Solo que, en el camino, nos encontramos con barreras:
Yo tampoco lo tenía tan claro hasta hace algún tiempo. Si bien tengo formación de periodista, en donde conocer a tus entrevistados/as o hacer un articulo de investigación requiere muchísimo trabajo de investigación de tus audiencias, es ahora que me especialicé en Metodologías de la Investigación de Opinión Pública y Audiencias, que terminé de entender que ese es uno de los pilares fundamentales que en la universidad se pasan bastante por alto y que, como profesionales de crear contenidos, tenemos que entender y aplicar si o si hoy.
Partir de la premisa de que la audiencia no es un segmento demográfico en un Excel, un "buyer persona" que está definido por género, edad y nivel socioeconómico, sino un universo de miedos, deseos, hábitos y emociones que operan, muchas veces, de forma invisible.
Para que te quede claro lo crítico que es esto, vamos a un ejemplo real donde el fracaso era casi inevitable, hasta que alguien decidió escuchar de verdad quiénes eran, qué deseaban de verdad sus audiencias.
En 2022, en Bogotá, el programa "Nuestra zona Segura" -una iniciativa del gobierno local para mejorar la seguridad y el uso de los espacios públicos- se enfrentaba a un desafío que desconcertaba a sus diseñadores.
A pesar de los esfuerzos del gobierno y las encuestas que indicaban un "interés total y general de la población por los espacios públicos, las plazas y zonas comunes", esos espacios, en los hechos, no se usaban. Tenían estudios, pero eran contradictorios con la realidad: ¿por qué la gente decía querer usar las plazas si, en la práctica, las evitaba?
Para desentrañar este misterio, los equipos de investigación, planificación y comunicación entendieron que necesitaban ir más allá del "decir" reflejado en las encuestas telefónicas y sumergirse en el "hacer" y el "sentir".
Para hacerlo, recurrieron a un método diferente: las llamadas "Caminatas exploratorias", una de las forma posibles de acercarnos a conocer mejor a nuestras audiencias, del mundo de las llamados "Métodos de observación participante". Se trata de caminar junto a las personas -en este caso, los vecinos de la zona-, observar sus movimientos, sus interacciones y escuchar sus comentarios espontáneos en el "territorio" mismo que queremos investigar.
Este cambio de acercamiento les permitió descubrir lo que una simple encuesta no podía jamás llegar a darles. Las preguntas que se fueron haciendo, de manera explícita o implícita a través de la observación atenta, fueron clave para llegar a las verdaderas razones por las cuales la gente decía que quería espacios públicos, pero en los hechos no los usaba.
Las mujeres evitaban cruzar la plaza de noche. No era falta de interés en la plaza en sí, sino un miedo específico y latente al acoso o a la seguridad personal.
Los adultos mayores solo usaban las zonas con sombra y respaldo, pero el mobiliario existente era incómodo o estaba mal ubicado, limitando su permanencia.
Los lugares con grafitis, aunque no tuvieran hechos delictivos registrados, eran evitados. La percepción de inseguridad era más fuerte que la realidad objetiva.
72% de quienes vivían a menos de 300 metros no usaban la plaza. Solo 1 de cada 10 bancos tenía respaldo y sombra.
El abandono de las plazas no se debía a una falta de interés general, sino a un diseño urbano que no era sensible al miedo, la edad y la percepción de seguridad de sus usuarios reales.
La comunicación original asumía un público homogéneo y una motivación puramente racional, pero la realidad era mucho más compleja, profunda y emocional.
Con estos insights profundos, el programa "Nuestra zona segura" pudo rediseñar el parque de forma participativa, incorporando más iluminación en puntos clave, bancos ergonómicos con respaldo y sombra, senderos visibles y actividades nocturnas pensadas para toda la comunidad.
¡Se duplicó la presencia de mujeres mayores en horarios vespertinos! Un cambio significativo que solo fue posible porque hicieron un Hiperfoco en el Humano, investigando las necesidades y los miedos reales de su audiencia.
El caso de "Nuestra zona segura" es un poderoso recordatorio de que la efectividad de nuestra comunicación no reside en lo que asumimos, sino en lo que realmente descubrimos sobre nuestra audiencia, y en cómo conocer la batería de herramientas que tenemos para lograrlo sin quedarnos en un simple sondeo general.
Este es el corazón de la H de Humano en el FRAMEWORK HILO. Es la base sin la cual cualquier mensaje, por valioso que sea, pierde fuerza, sentido y dirección. ¿A quién le hablo? ¿Qué siente, piensa, cree, desea, necesita esta persona?
Antes de enviar ese email, diseñar esa campaña, escribir ese post o incluso planear esa conversación importante, te invito a detenerte y hacerte estas preguntas fundamentales sobre tu audiencia.
Respondelas con honestidad. Si no tienes la respuesta -en general, casi nunca las tenemos en un inicio-, es una señal: ¡necesitas investigar!
Más allá de la edad o el nivel socioeconómico:
Hasta hace poco más de un año, existía una barrera concreta para acceder a entender mejor a nuestras audiencias que se sumaba a las ya mencionadas anteriormente. Y era que, aunque sí entendiéramos la importancia de acercarnos a ella y no asumir lo que necesitaban, al menos que fuéramos una corporación internacional, los métodos para conocerlas podían resultarnos demasiado caras.
Hoy, esa barrera, aunque existe, es infinitamente más chica. Porque, bien usada, la Inteligencia Artificial es una nueva y maravillosa herramienta para lograrlo.
Usar herramientas de IA para analizar grandes volúmenes de comentarios, reseñas, hilos de conversación en foros, identificando sentimientos y comportamientos.
Procesar transcripciones de entrevistas y detectar frases recurrentes, contradicciones, silencios significativos o metáforas que revelan creencias subyacentes.
Alimentar la IA con datos cualitativos para generar mapas de empatía detallados que profundicen en dolores y ganancias emocionales.
Probar mensajes antes de lanzarlos pidiendo a la IA que actúe como tu audiencia y responda emocionalmente a tus borradores.
Quizás ya lo sabes, quizás no, pero para hacer un buen prompt se requiere especificarle lo mejor posible a la IA lo que necesitas. Y hay una estructura de base que te puede ayudar a lograrlo en todos los casos:
Explicá desde qué rol o lente querés que actúe la IA.
Ejemplo: "Actuá como un antropólogo cultural especializado en emociones públicas y narrativas sociales."
Indicá qué tipo de materiales le vas a dar.
Ejemplo: "Yo te daré fragmentos de conversaciones obtenidas en redes sociales sobre el Mundial y la gentrificación."
Aclarale qué querés que haga con esos insumos.
Ejemplo: "Tu tarea es identificar emociones dominantes, marcos narrativos y posibles tensiones en el discurso."
Definí el tono, enfoque y límites.
Ejemplo: "El análisis debe ser respetuoso, evitar generalizaciones y considerar el contexto urbano de Ciudad de México."
Hacé la solicitud clara y puntual.
Ejemplo: "Analizá el siguiente fragmento y señalá: (1) emoción de partida, (2) emoción de llegada, (3) tipo de narrativa implícita."
¡Vamos!
Para no hacer este Newsletter tan extenso, te dejo prompts ya prediseñados para conocer mejor a tus audiencias.
El descubrimiento de que el 80% de nuestras decisiones son emocionales fue un hallazgo clave de Daniel Kahneman, Premio Nobel de Economía.
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